Si me permitís, hoy dividiré esto en dos partes: una la haré con la cabeza y la otra con el corazón. Es complicado hacerlo con la primera porque el partido tenía mucho de sentimiento y el final ha sido cruel con un equipo que no se merecía ese final. Veis, ya me está llevando la patata en el teclado.
Empezaremos por la cabeza, a ver si soy capaz. Nos visitaba hoy el sexto mejor equipo fuera de casa de toda la categoría, venía de ganar en su última salida al Leganés por el mismo resultado que hoy y ya se preveía partido muy complicado. Con esta premisa no he podido entender el engendro que en varias ocasiones ha probado Martín poniendo de lateral a Alex o Pucko en otras ocasiones.
Anquela es perro viejo y tiene un grupo de jugadores ofensivos que leen los partidos de maravilla y que han visto sangre para el minuto 1. Aun así no hemos salido mal, con un Alex mucho más entonado que sus últimas veces y con De las Cuevas en plan mandón. A pesar de algún susto en defensa, pronto nos hemos adelantado en el marcador haciendo presagiar partido controlado; mucho más con la desgraciada lesión de Fran Mérida que dejaba muy tocado al Huesca.
Todo bien hasta que ha llegado el error defensivo (me falta ver la televisión para comprobar de dónde viene semejante desajuste) que Alex Berenguer, en un error de chico joven, ha magnificado con una falta y expulsión. El posterior lanzamiento perfecto, por mucho que fuera al palo del portero, a mí me parece imparable.
Aquí el equipo parecía que podía hundirse y yo no he visto tal cosa. Ajuste defensivo a línea de cuatro, pivote único, línea de tres y Nino arriba. No estaba incómodo Osasuna hasta que el Huesca ha hecho una obra de arte convertida en su segundo gol. Poco o nada que reprochar cuando el rival demuestra su calidad y hace este nuevo gol.
Volvíamos del descanso en la misma tónica de juego, mandando en el juego (el Huesca estaba muy cómodo así) y provocando dos ocasiones claras de Kenan que no ha logrado materializar. Esto parece que ha despertado el ansia de Martín y ha decido cambiarle por Urko Vera. Error tremendo porque el chaval estaba echando buenos minutos y al killer ni está ni se le espera. Con haber cambiado el esquema como ha hecho tirando a De las Cuevas a banda y metiendo a Kodro con Nino bastaba.
Y en estas estábamos cuando, mientras nosotros hacíamos cuentas de si el Huesca estaba salvado aun perdiendo, y habiendo visto la enésima barbaridad de Mikel Merino, llegan los chicos estos de Anquela y se dedican a demostrar que son unos artistas tocándola entre líneas y jugando a la contra. En una de ellas llega un gol desafortunado que nos hunde en la moral y nos impide ver que sigue habiendo vida.
Ahora llega el corazón: así es complicado que un rojillo no se enganche a Osasuna. Con diez, con el partido llamado a la épica y el equipo nunca le ha perdido la cara, lo ha dado todo aun estando en la reserva y nadie se ha guardado nada. Orgullo es lo que he sentido y lo que siento por esta plantilla y por su cuerpo técnico (del cual yo no confiaba, sí). No pido más, pido sentirme identificado con lo que hay en el campo y el miércoles y hoy lo he sentido.
Dicen que hay vida hasta el sábado a las diez y media, más o menos, y ahí habrá que agarrarse. ¿Complicado? Muchísimo, pero no más que en Sabadell en el minuto 89. Tiempo habrá la semana que viene para ver en qué queda esto. De momento, que nos quiten lo bailao.
foto: emocioteca.com
La derrota en Tarragona enseña a Osasuna el camino único que tiene para coger; ya no hay descenso, ya no hay ascenso directo y la lucha se centra por entrar en promoción. Mi corazón, pero sobre todo ver cómo compite el equipo de Martín en ocasiones así, me hace ser optimista.
Visitábamos una plaza complicadísima, con un equipo al alza, muy fuerte físicamente y en estado de gracia. En contra del sentir general yo no tenía muchas esperanzas en el día de hoy, pero he de decir que viendo a Osasuna afrontar el partido y cómo ha maniatado al Nástic, me ha ido cambiando la sensación y me estaba viniendo arriba.
Magnífico el sistema de Martín para ahogar la zona de creación de los tarraconenses, que ni mucho menos está en sus pivotes y sí en su línea posterior con Emana y Lobato. El triángulo que formaban Roberto, Mikel y Manuel cortocircuitaban sobre todo al camerunes, que si bien recibía y encaraba, pocas veces salía victorioso.
Atrás muy bien los carrileros en su función de evitar las entradas por sus bandas y Javi Flaño llegando fácil al área contraria. Los centrales magníficos, con mención especial para el partido de Miguel Flaño, echando uno de sus partidos enormes que suele jugar de cuando en vez.
Peor ejecutada la libertad de movimientos de Nino y De las Cuevas, teniendo que bajar en exceso el almeriense a recibir y dejando pocas opciones de remate. Ese es el único pero que le pongo a Osasuna hoy, la falta de peligro arriba si exceptuamos a balón parado.
La segunda parte transcurría del mismo modo, Osasuna muy serio y dejando sensación de que en el campo había un equipo que sabía a qué jugaba y que tenía entre ceja y ceja el objetivo del ascenso, pero los cambios hoy no han beneficiado. No solo no han mejorado lo que había sino que lo han empeorado.
El partido no pedía jugadores del estilo y carácter de Maikel y Olavide y con ellos las sensaciones eran ya las de volver con un empate, que a estas alturas no era nada malo. Tres partidos en siete días a estas alturas de la temporada, con jugadores casi en la reserva y con la vista de la promoción, justifican los cambios.
Cuando peor estaba el rival y cuando más alocado se le veía en el campo llegó su gol. Un golazo de falta directa al más puro estilo Cristiano Ronaldo en sus formas. A partir de ahí no quedaba más tiempo que para ver las peores tretas de un rival que se las sabe todas y que jugó sus bazas como podíamos hacerlo nosotros en otro partido.
Derrota ilusionante si es que eso puede cuadrar. Viendo a este Osasuna no puede quedar otra que ser optimista para conseguir el objetivo de la promoción y estar orgulloso de lo visto hoy en Tarragona. Martín tiene estos días un trabajo de los que le apasionan; debe evitar que la plantilla se caiga por una derrota y vea con mi optimismo lo que queda.
¡Y con defensa de cinco!
Y es que lo normal hoy es que la victoria se quedara en Pamplona con Osasuna jugándose la vida y el Numancia con remotas opciones de meterse en la pomada, pero nadie dice que las cosas sean fáciles. Y si no que se lo digan al Leganés, cuando también se le pusieron los sorianos 1-2 y al final solo pudieron empatar.
Los pupilos de Arrasate son un equipo alegre, jugadores que la tocan muy bien en la media punta y que contragolpean de maravilla comandados por un magnífico Iñigo Pérez. Su problema es que son flojos atrás y que se veía enseguida que cualquier llegada de Osasuna era sinónimo de peligro.
Mientras la grada seguíamos en ese debate anual de los números de teléfono y la defensa de cuatro, de cinco o de cuatrocientos, el Numancia empezaba a lo suyo y se ponía con un 0-2 que inundaba a El Sadar con un chorro de pesimismo. Pesimismo que ya de por sí se intuía en el ambiente y que Martín se encargó ayer de pegar palos en rueda de prensa, equivocadamente diría yo por los tiempos y no por el fondo.
El gol de Mikel Merino tan seguido del 0-2 nos volvía a meter en el partido y retrataba de nuevo al Numancia en su defensa, era posible la remontada con un poco de fe y unos pequeños cambios. A la anunciada defensa de 4 le sobraba la posición de Oier en el triángulo que monta Martín en el centro del campo. Y digo le sobraba, no por la posición sino por el tipo de jugador.
Nos pegamos horas hablando de sistemas y la clave no está ahí sino en la ejecución, en la filosofía que tú propongas. Hoy, con Oier ahí, proponías peinadas y balones largos cuando el partido te pedía clarísimamente balones por abajo ayudando a la calidad que habías sacado por bandas. ¡¡¡Por fin, Martín!!!
Buen partido de Olavide y casualmente en el sitio donde nunca puede rendir, peor Alex (está muerto físicamente) y determinante entrada de De las Cuevas, poniendo la calidad que se necesitaba por el centro junto con Roberto (qué monumento tienes merecido, chaval, tal y como estás y cómo luchas) y haciendo más grande aún el trabajo y la pelea de un señor como la copa de un pino: Nino.
El testarazo de Merino al puro estilo de su padre ponía al osasunismo de nuevo en la parte alta de nuestro particular Dragon Khan de Osasuna y lo que antes eran negros nubarrones ahora se convertían de inmediato en un día radiante con defensa de cinco sobre el campo. Pelillos a la mar jeje
A falta de tres jornadas estamos en toda la pomada y vamos a jugar a casa de uno de los equipos más en forma de la Liga Adelante, pero ¿quién es el guapo que no se pone a soñar con lo que nos viene? Lo del miércoles es difícil, muy difícil, pero esto es deporte y cosas más complicadas hemos visto. Tarragona es el objetivo y no podemos pensar más allá.
Lo siento Martín, pero si con lo visto hoy piensas optar a una hipoteca para el ático creo que no hay banco que acepte este aval. Y no lo hay porque ni se han presentado los papeles bien rellenados ni se han presentado los adecuados.
Osasuna se ha plantado hoy ante la Ponferradina con más de lo mismo y como en otras osasiones, por suerte han sido minoría viendo los puntos, esa apuesta estaba equivocada. Desconozco si hoy estaba planeado ofrecer unos primeros 45 minutos tan pobres y tan poco adecuados para el tipo de partido que había enfrente. Martín dejó claro que hay partidos donde las salidas contemplativas estaban previstas. Yo sigo sin creérmelo.
No pintaban nada los tres centrales para un equipo que solo juega con un punta y solo la presencia de nuestros tres jugadores ahí y lo pegado que juega a ellos Manuel (que no es pivote único ni lo será), invitaban a Berrocal a meterse como segundo delantero y plantear dudas a Tano en su banda. Esas dudas, junto con lo ofensivo de Pucko, Camille las ha visto y ha llegado dos veces dejando un resuello en el aficionado.
Era tan evidente la mala salida del equipo con De las Cuevas recordando en parte al alcorconazo, que Martín ha cambiado su sistema y ha metido un 4-4-2 de libro. Osasuna ya estaba más cómodo en el campo, pero ahora lo que no funcionaba era el ataque. Nunca podrás hacer migas de pastor con alubias y nunca podrás ejercer bien este sistema si tus dos pivotes no saben crear y tus bandas no son extremos puros. Puedes no tener lo primero, pero sí lo segundo; o viceversa.
Solo Pucko ha dejado claro que va mejor en la salida de regate en corto y no con toda la banda. De él ha nacido la mejor ocasión cuando llegando a línea de fondo ha puesto un centro que ni Nino ni Urko han rematado. Y hablando de Urko, vaya tarde le ha dado a Martín con esa toma de decisiones que tiene tan extraña. No se ofrece en el desmarque a banda y eso ha lastrado a De las Cuevas. No solo de remate vive el hombre y Osasuna no tiene nada de más como para tener un jugador solo para el remate.
La segunda parte ha sido otra cosa; la salida de Alex (poco acertado hoy) cambiaba el tapete y de hecho la salida del equipo no ha sido mala. Osasuna ha embotellado a la Ponferradina y Oier ha dispuesto de una buena ocasión en la que ha demostrado que sabe buscarse las castañas entre líneas y que tiene presencia desde segunda línea. Dentro de la intensidad atacante del equipo me han fallado los puntas. No están finos y es un hecho que el equipo no tiene gol en estos momentos.
Que la Ponferradina es muchísimo menos equipo desde que vendió a Yuri es un hecho, pero que si les dejas a Berrocal y a Ancorán pensar la lían en poco, también. Poco ha hecho en ataque hoy el equipo leonés, pero cuando han combinado estos dos y han aprovechado los movimientos de Djorjevic nos han descubierto a base de bien y de ahí el penalti y otra ocasión. Curiosamente cuando mejor armado estaba el equipo, pero también cuando David ha perdido el sitio. Prometo que habría apostado por la suplencia del de Ibero y la entrada de Unai. No seré yo quien le busque horca por el error cometido.
Hasta aquí el aval presentado en la ventanilla dura del banco, vamos a visitar a la que dicen que es más blandita y que parece que es rojilla. Que dice que sí, que el aval de los 57 puntos, la afición que tiene este equipo y que no hay que olvidar que hoy jugábamos sin Roberto y sin Mikel le es suficiente para darnos la hipoteca para optar al ático en Lezkairu. Esta ventanilla sí que sabe.