sábado, 28 de febrero de 2015

Muchas gracias, don Jan Urban. Osasuna 0- Lugo 2

Me habría gustado escribir el post sin la noticia de la destitución de Urban hecha oficial, pero el haber estado en Oberena viendo al equipo del nuevo míster me lo ha impedido. La verdad es que creía que llegaría a tiempo. Quiero hacerlo sin que me condicione la noticia, no sé si lo conseguiré. 

El previo del partido poco bueno presagiaba; seguimos en autodestrucción por temas extradeportivos, injusticias con parte de la afición en forma de toma de datos y un once titular que no había por donde cogerlo y que dejaba a las claras que seis meses después del comienzo de la temporada el entrenador aún no sabe por dónde coger a esta plantilla.

Con estos datos y un Sadar mudo, similar a cualquier cine, apareció un jugador de fútbol con todas las letras: don David López. Él y una ayuda inestimable de otro formidable pelotero como es Pita nos han bailado durante varias fases de la primera parte. 

Muy mala salida de Osasuna al partido y como no podía ser de otro modo, fallo tremendo defensivo que nos cuesta un gol. Enésimo error de Raoul Loé que le sirve para ejercer de pararrayos en una jugada que es un cúmulo de errores. Así no se puede ir por categoría alguna. Si este gol ha sido un chiste, lo del segundo hace llorar y pensar que este equipo está muy poco trabajado. David López hace lo que quiere cuando recibe y con dos movimientos destruye todo el orden de Osasuna.

La primera parte ha sido un quiero y no puedo de un equipo grogui que dejaba claro que solo a balón parado podía llegar a hacer daño. Oportunidades ha tenido con dos ocasiones de un renacido David García después de su error en el gol en propia puerta y una jugada extraña con un más que posible penalti a Vujadinovic.

La segunda ha sido otra cosa; se seguía parecido, pero la salida de Cedrick nos daba algo diferente. Estoy particularmente muy harto del fútbol en el que el juego es excesivamente encorsetado y donde el jugador tiene poco margen para las decisiones personales que generalmente deciden partidos. En Osasuna tengo la duda de qué es antes, si el huevo o la gallina. ¿Jugamos encorsetados y no dejamos margen o es que se juega así porque nuestros jugadores no tienen lo que hay que tener para definir ellos? No diría de todos, pero hay alguno que vive muy cómodo en el corsé.

Pasando el tiempo entre olas, pitos, cambios extraños, pero con ocasiones claras hasta para ganar el partido. Los errores clamorosos de Nino y otro de Kodro nos han dejado sin ese punto. Es la grandeza del fútbol: en un partido en el que salimos muy quemados tuvimos nuestras opciones. 

El desbarajuste ha venido con las expulsiones, ahí no había orden ni concierto, y como el amigo Urban había vuelto a hacer algo extraño pues salían cosas raras. El partido pedía a Jose García como el comer, pero nuevamente el canterano se quedó sin sus minutos. Me alegro personalmente (entre semana hubo algo que no debí hacer) muchísimo de la alegría que se ha llevado junto don David García en la grada de Oberena al meter el gol el Promesas en el minuto 92. ¡Cómo lo ha vivido!

Y hasta aquí lo del partido. En el tema de no entrar a animar y en la de hacer la ola solo mostraré mi respeto; en la era de las revoluciones 2.0 y de sofá ver que alguien hace algo me merece respeto aunque no comparta lo hecho.

Mi corazón y mi cabeza van a esta hora por dos sitios diferentes. Mi cabeza me dice que la destitución de Urban era irremediable. Me ha defraudado como técnico, pero mi corazón me hace llorar deportivamente por una persona como la copa de un pino y por un osasunista que no se merecía este marrón. Ojalá el bueno de Jan y su compañero Kibu (¡qué gran tipo eres!) tengan toda la suerte del mundo a partir de ahora y su vida deportiva esté llena de éxitos. Para mí Urban siempre llevará el 7 a la espalda.



Foto: www.manerasdevivir.com

domingo, 22 de febrero de 2015

Que era ensaimada, no empanada. Mallorca 3- Osasuna 0

Quien más, quien menos confiábamos ayer en ver a Osasuna abstraído de los tremendos acontecimientos vividos durante la semana, pero también estoy seguro de que lo hacíamos con muy poca confianza en que así fuera. Y esa falta de confianza tiene su porqué; no es nuevo ver como tenemos una plantilla blanda de mente y muy proclive a agarrarse a cualquier mensaje exculpatorio que se le ofrezca. Ahí estaba Urban para mandarlo, no es la primera vez, en la rueda de prensa previa.

Podría coger el post del día del Llagostera y pegarlo para hoy, en general poco cambiaría: dosis tremendas de dulce de membrillo, pero de muy diversas clases. Falta de calidad tremenda en algunos casos, de experiencia, de carácter y, la peor, de compromiso. No creo que haga falta poner nombres, pero si alguna me preocupa es esta última.

Cierto es que el partido no empezó mal, se llegó bien arriba y el choque estaba igualado. Olavide la tuvo en su pierna buena pero se le hizo de noche al verse en esas y lanzó un chut sin peligro alguno a las manos del portero. Cedrick penetró bien dos veces por banda aunque falló en lo de siempre, no dio bien el último pase. ¡Cómo ha cambiado todo en una vuelta completa después de su aparición el día del Mallorca allá por septiembre!

El partido cambió a raíz de una tormenta de granizo que descargó en pocos minutos. Ahí el Mallorca se vino arriba y Osasuna fue haciéndose menos poco a poco sufriendo cada vez más hasta que llegó el error monumental del primer gol. Pésima basculación del equipo y perfecto movimiento del rival que nos cuesta el primer gol.


No acababa ahí el momento nefasto sino que ante una nueva pérdida de balón en zona de alerta roja nos preparan una contra que deja a Arana solo ante Roberto y le bate de forma excesivamente fácil bajo mi punto de vista. Un despropósito de jugada de principio a fin que retrata a varios jugadores por la pérdida, la no acción de falta y la victoria en velocidad del jugador con balón ante el más rápido de nuestro equipo. 

Poco más tuvimos en la primera parte y la salida de la segunda dejó ver un equipo casi rendido. Y digo casi porque con la entrada de Kodro y un excesivamente revolucionado Alex dieron otro aire al equipo que pareció que algo más se jugaba. La última entrada de Jose incrementó esa sensación al estar afortunado en sus balones a balón parado. Hasta hubo dos goles, uno legal y el otro muy dudoso, que habrían maquillado un resultado que no tengo claro que mereciésemos.

Entre medio de estas cosas positivas vivimos dos cosas que nos devolvieron a la realidad: una fue el tercer gol con un defensa demasiado condescendiente ante el rival y, para mí, la más grave. La más grave de las jugadas fue la que culmina Xisco con un remate que se va fuera por poco pero que viene de ganarnos la espalda en carrera sin que nos enterásemos de nada.


Mucho cambio necesitamos si no queremos meternos en problemas serios de verdad. Confiemos en dicho cambio y que la plantilla sepa vivir aislada de los enormes líos que están saliendo día sí y día también y que no ha hecho sino comenzar. Los antecedentes no son buenos, pero confiemos en que, por lo menos, desaparezcan los mensajes exculpatorios que tan bien le vienen a alguno.


domingo, 15 de febrero de 2015

Compota de membrillo. Osasuna 0- Llagostera 1

Membrillo: palabra que en Osasuna da para mucho. Dícese del jugador que se queja a la mínima y no afronta el dolor, del que comete errores de pardillo, pero también del jugador poco hecho, inexperto. Pues de eso ayer hubo en El Sadar para llenar un hipermercado. Eso sí, muy diferentes ellos y muy diferentes sus análisis.

Membrilladas desde el banquillo para comenzar. Está la de siempre, ya excesivamente repetida, y para mí la más grave de ayer: hay un chico llamado Kodro al que no le falta su dosis de membrillismo (lógica viendo su edad y su currículo), pero que siempre ha sacado con decoro, el acierto es otra cosa, los marrones en los que le ha metido el inexperto de su entrenador. Pues bien, ayer que tiene el chico la oportunidad para jugar en el puesto para el que está hecho no se le ocurre nada mejor a su jefe que relegarle al banquillo. Enésima muestra de diferente vara de medir a unos y a otros. Mucho más cuando a Ansarifard cuatro días antes, con el partido en contra, no le dio un solo minuto necesitando gol.

La compota siguió su cocción durante la primera parte con la lógica dosis de pardillismo de dos niños de 18 años. Perfecto esquema de salida el puesto por Urban, con un 4-1-4-1 que deja a Raoul para lo que sabe hacer y le exime de lo que anda más justo, por mucho que el chico se encargue día tras día de recordarnos sus errores de bulto. Bien plantada la línea de cuatro con los dos niños en el puesto que se supone mejor rinden y con Roberto y Credick en banda.

Perfecto en su posición, no así en el reparto de puestos. Se ponga como se ponga Olavide siempre sus movimientos más peligrosos arrancan en banda y él inconscientemente cae siempre ahí (el día del Barça, el del Sabadell y ayer son un ejemplo). Su pareja de baile dejó muestras de su membrillez perdiendo balones en zonas de alerta roja provocando las dos ocasiones claras del Llagostera en la primera parte. Mucho curro para el bueno de Mikel Merino. Membrilladas de las que son normales y que seguirá habiendo porque es lo que tiene la juventud e inexperiencia.

Y llegamos a las bandas. Si algo les caracterizó ayer fue el desequilibrio, pero no porque desequilibrasen el partido sino por ser una la antítesis a la otra. Cedrick nunca puede recibir en parado, siempre en carrera y Roberto todo lo contrario. Pues bien, salvo ocasiones concretas, al pobre chico de Arre le enviaron cada pepino del tamaño de un misil. Creo que si Urban hubiera puesto a Olavide en la banda izquierda y metido a Roberto con Merino el equipo habría estado más equilibrado y se hubiera evitado el cambio 'marcador' del descanso con Miguel

Cambio en el descanso y no solo de jugador. La salida de un excesivamente revolucionado Jose cambió el sistema al habitual con Merino bajando al pivote con Loé y poniendo una línea de 3. A Urban las dos ocasiones del Llagostera creo que le pusieron sus dos membrillicos de corbata. El equipo tuvo más peso ofensivo con Merino, curiosamente, más cómodo y con un media punta muy dinámico. Dinámico pero en exceso, creo yo. Jose y su caracter son así: quiere hacer todo en poco tiempo y eso le mata, creo que debería reposar más y elegir mejor las opciones, a veces tapa al compañero por querer estar en todos los lados. Digno de alabar, pero también de corregir, mucho más viendo la jugada del caño que provoca una tarjeta en Merino.

Y entre ocasiones de un flojo Ansarifard y carreras acertadas de Cedrick con demostraciones técnicas de membrillo total llegó la reina de todas las membrilladas. And the winner is Cadamuro. No me vale la lectura que Urban hace del error garrafal del argelino achacándolo a su falta de partidos; este chico desde siempre ha sido así. Juega con tremendo aire de superioridad, técnicamente es muy bueno, pero le falta intensidad y sus tarjetas y los errores de colocación vienen siempre por eso. Y ojo, ayer su error es de los gordos, pero no olvidemos la monumental pifia en la marca que nos ofrecen Javi Flaño y Vujadinovic

Gol en contra, grada que saca a relucir toda su frustración hacia el 'pasota en movimientos' y detalles de mucha calidad de Alex Berenguer. Poco más tuvo el partido en sus minutos finales.

Y ahora ya la última porción de nuestra tarta de membrillo que es para la afición (perdón por generalizar, pero no sabría decir en qué cantidad). Igual va siendo hora de que nos aclaremos un poquito con el qué queremos: pedimos chavales, pedimos a la vez luchar por el play off, decimos que nos es indiferente el resultado si se pierde con chicos y sin embargo ayer con la derrota le damos hasta el maestro armero. Yo desde luego no contemplo un Osasuna en estos momentos con 7 chicos de entre 17 y 21 años. Sería nuestra tumba deportiva y la de ellos.


¡Viva el membrillo!


Foto: www.agroterra.com

miércoles, 11 de febrero de 2015

Frío, como el tiempo. Osasuna 0- Zaragoza 1

Frío, mucho frío ayer en El Sadar. Y no me refiero solo al tiempo, sino al partido que tuvimos que soportar ayer. Frío, helado el comienzo del partido, con un sector de la grada vacío de gente y de animación. Si nos centramos exclusivamente al tema ambiental Osasuna empieza los partidos perdiendo, y por goleada. Con esa temperatura ambiental, el equipo fue eso mismo, un témpano de hielo que no aportaba calor alguno al ambiente. 

En principio el tablero de juego estaba muy claro: dos equipos calcados en lo posicional, pero con diferencias abismales en el modo de ejecutarlo. Los dos defendían con el habitual 4-4-2 y atacaban con el 4-2-3-1, salvo que mientras el Zaragoza intentaba robar a la salida de nuestros pivotes provocando siempre el posible error de Loé, nosotros teníamos a Neko y Raoul diez metros más atrás. Insisto por enésima vez que ahí está una de las claves del peligro arriba: si robas en tres cuartos te queda poco camino para el gol, si lo haces en su línea de tres aún tienes ochenta metros.

Cierto que el Zaragoza hizo poco, pero lo que hizo llevaba cosido un mensaje para Urban. El polaco desde la altura de los palcos de prensa se estaba dando cuenta. Pedro y Eldín sí interpretaban bien el concepto para el que está plantado su equipo. Eran balas las pocas veces que robaban. Sobre todo el primero le hizo lo que quiso a Sisinio y no digamos nada en el gol lo que le hace a Miguel Flaño.

Como Urban se dio cuenta de ello metió en el descanso a Cedrick por un perdido, desubicado y, hasta diría yo, desquiciado Kodro. Nos faltaba mucha más rapidez arriba, pero por algo se empezaba. La clave estaba en el centro: comparamos a dos jugadores jugones como son Merino y Ruiz de Galarreta y tenemos otra clave. El primero no está cómodo en ese puesto; desaparece su protagonismo, no desarrolla todo al estar mucho más tiempo de espaldas que con balón para encarar y hasta se cansa más. El segundo es lo contrario; se mueve como pez en el agua, recibe, da pase y siempre está para encarar.

También de esto se dio cuenta el polaco y metió a Jose. A partir de ahí el equipo fue otro; ya había más velocidad por el centro, tenía otro modo de encarar y de esperar algo distinto. Lástima que Cedrick viva permanentemente en fuera de juego y desbaratase no menos de tres últimos pases y que para la segunda parte Nino estuviera más pendiente de protestar que de centrarse en el juego. 

Buenos minutos de un chico que los necesita como el comer. El carácter de Jose no es el de otros compañeros y el verse sin protagonismo le mata, le hace sacar su rebeldía mal entendida y lo de ayer esperemos que sea un punto y aparte. Él lo necesita y Osasuna le necesita a él. 

Y hasta aquí lo visto ayer por mí en El Sadar. Ahora debería empezar un nuevo post con lo que yo considero más grave: el mensaje enviado por Jan Urban desde hace un mes y que ayer tuvo su reflejo en el campo. Bajo su objetivo me parece muy respetable el concepto de fútbol y de gestión de vestuario que hace, pero bajo el mío me parece un error de bulto y muy perjudicial para el CLUB

Insistir más con este tema lo único que hace es darme mucho más frío y para eso ya tenemos la climatología.


Foto: www.quo.es