domingo, 22 de febrero de 2015

Que era ensaimada, no empanada. Mallorca 3- Osasuna 0

Quien más, quien menos confiábamos ayer en ver a Osasuna abstraído de los tremendos acontecimientos vividos durante la semana, pero también estoy seguro de que lo hacíamos con muy poca confianza en que así fuera. Y esa falta de confianza tiene su porqué; no es nuevo ver como tenemos una plantilla blanda de mente y muy proclive a agarrarse a cualquier mensaje exculpatorio que se le ofrezca. Ahí estaba Urban para mandarlo, no es la primera vez, en la rueda de prensa previa.

Podría coger el post del día del Llagostera y pegarlo para hoy, en general poco cambiaría: dosis tremendas de dulce de membrillo, pero de muy diversas clases. Falta de calidad tremenda en algunos casos, de experiencia, de carácter y, la peor, de compromiso. No creo que haga falta poner nombres, pero si alguna me preocupa es esta última.

Cierto es que el partido no empezó mal, se llegó bien arriba y el choque estaba igualado. Olavide la tuvo en su pierna buena pero se le hizo de noche al verse en esas y lanzó un chut sin peligro alguno a las manos del portero. Cedrick penetró bien dos veces por banda aunque falló en lo de siempre, no dio bien el último pase. ¡Cómo ha cambiado todo en una vuelta completa después de su aparición el día del Mallorca allá por septiembre!

El partido cambió a raíz de una tormenta de granizo que descargó en pocos minutos. Ahí el Mallorca se vino arriba y Osasuna fue haciéndose menos poco a poco sufriendo cada vez más hasta que llegó el error monumental del primer gol. Pésima basculación del equipo y perfecto movimiento del rival que nos cuesta el primer gol.


No acababa ahí el momento nefasto sino que ante una nueva pérdida de balón en zona de alerta roja nos preparan una contra que deja a Arana solo ante Roberto y le bate de forma excesivamente fácil bajo mi punto de vista. Un despropósito de jugada de principio a fin que retrata a varios jugadores por la pérdida, la no acción de falta y la victoria en velocidad del jugador con balón ante el más rápido de nuestro equipo. 

Poco más tuvimos en la primera parte y la salida de la segunda dejó ver un equipo casi rendido. Y digo casi porque con la entrada de Kodro y un excesivamente revolucionado Alex dieron otro aire al equipo que pareció que algo más se jugaba. La última entrada de Jose incrementó esa sensación al estar afortunado en sus balones a balón parado. Hasta hubo dos goles, uno legal y el otro muy dudoso, que habrían maquillado un resultado que no tengo claro que mereciésemos.

Entre medio de estas cosas positivas vivimos dos cosas que nos devolvieron a la realidad: una fue el tercer gol con un defensa demasiado condescendiente ante el rival y, para mí, la más grave. La más grave de las jugadas fue la que culmina Xisco con un remate que se va fuera por poco pero que viene de ganarnos la espalda en carrera sin que nos enterásemos de nada.


Mucho cambio necesitamos si no queremos meternos en problemas serios de verdad. Confiemos en dicho cambio y que la plantilla sepa vivir aislada de los enormes líos que están saliendo día sí y día también y que no ha hecho sino comenzar. Los antecedentes no son buenos, pero confiemos en que, por lo menos, desaparezcan los mensajes exculpatorios que tan bien le vienen a alguno.


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