domingo, 15 de febrero de 2015

Compota de membrillo. Osasuna 0- Llagostera 1

Membrillo: palabra que en Osasuna da para mucho. Dícese del jugador que se queja a la mínima y no afronta el dolor, del que comete errores de pardillo, pero también del jugador poco hecho, inexperto. Pues de eso ayer hubo en El Sadar para llenar un hipermercado. Eso sí, muy diferentes ellos y muy diferentes sus análisis.

Membrilladas desde el banquillo para comenzar. Está la de siempre, ya excesivamente repetida, y para mí la más grave de ayer: hay un chico llamado Kodro al que no le falta su dosis de membrillismo (lógica viendo su edad y su currículo), pero que siempre ha sacado con decoro, el acierto es otra cosa, los marrones en los que le ha metido el inexperto de su entrenador. Pues bien, ayer que tiene el chico la oportunidad para jugar en el puesto para el que está hecho no se le ocurre nada mejor a su jefe que relegarle al banquillo. Enésima muestra de diferente vara de medir a unos y a otros. Mucho más cuando a Ansarifard cuatro días antes, con el partido en contra, no le dio un solo minuto necesitando gol.

La compota siguió su cocción durante la primera parte con la lógica dosis de pardillismo de dos niños de 18 años. Perfecto esquema de salida el puesto por Urban, con un 4-1-4-1 que deja a Raoul para lo que sabe hacer y le exime de lo que anda más justo, por mucho que el chico se encargue día tras día de recordarnos sus errores de bulto. Bien plantada la línea de cuatro con los dos niños en el puesto que se supone mejor rinden y con Roberto y Credick en banda.

Perfecto en su posición, no así en el reparto de puestos. Se ponga como se ponga Olavide siempre sus movimientos más peligrosos arrancan en banda y él inconscientemente cae siempre ahí (el día del Barça, el del Sabadell y ayer son un ejemplo). Su pareja de baile dejó muestras de su membrillez perdiendo balones en zonas de alerta roja provocando las dos ocasiones claras del Llagostera en la primera parte. Mucho curro para el bueno de Mikel Merino. Membrilladas de las que son normales y que seguirá habiendo porque es lo que tiene la juventud e inexperiencia.

Y llegamos a las bandas. Si algo les caracterizó ayer fue el desequilibrio, pero no porque desequilibrasen el partido sino por ser una la antítesis a la otra. Cedrick nunca puede recibir en parado, siempre en carrera y Roberto todo lo contrario. Pues bien, salvo ocasiones concretas, al pobre chico de Arre le enviaron cada pepino del tamaño de un misil. Creo que si Urban hubiera puesto a Olavide en la banda izquierda y metido a Roberto con Merino el equipo habría estado más equilibrado y se hubiera evitado el cambio 'marcador' del descanso con Miguel

Cambio en el descanso y no solo de jugador. La salida de un excesivamente revolucionado Jose cambió el sistema al habitual con Merino bajando al pivote con Loé y poniendo una línea de 3. A Urban las dos ocasiones del Llagostera creo que le pusieron sus dos membrillicos de corbata. El equipo tuvo más peso ofensivo con Merino, curiosamente, más cómodo y con un media punta muy dinámico. Dinámico pero en exceso, creo yo. Jose y su caracter son así: quiere hacer todo en poco tiempo y eso le mata, creo que debería reposar más y elegir mejor las opciones, a veces tapa al compañero por querer estar en todos los lados. Digno de alabar, pero también de corregir, mucho más viendo la jugada del caño que provoca una tarjeta en Merino.

Y entre ocasiones de un flojo Ansarifard y carreras acertadas de Cedrick con demostraciones técnicas de membrillo total llegó la reina de todas las membrilladas. And the winner is Cadamuro. No me vale la lectura que Urban hace del error garrafal del argelino achacándolo a su falta de partidos; este chico desde siempre ha sido así. Juega con tremendo aire de superioridad, técnicamente es muy bueno, pero le falta intensidad y sus tarjetas y los errores de colocación vienen siempre por eso. Y ojo, ayer su error es de los gordos, pero no olvidemos la monumental pifia en la marca que nos ofrecen Javi Flaño y Vujadinovic

Gol en contra, grada que saca a relucir toda su frustración hacia el 'pasota en movimientos' y detalles de mucha calidad de Alex Berenguer. Poco más tuvo el partido en sus minutos finales.

Y ahora ya la última porción de nuestra tarta de membrillo que es para la afición (perdón por generalizar, pero no sabría decir en qué cantidad). Igual va siendo hora de que nos aclaremos un poquito con el qué queremos: pedimos chavales, pedimos a la vez luchar por el play off, decimos que nos es indiferente el resultado si se pierde con chicos y sin embargo ayer con la derrota le damos hasta el maestro armero. Yo desde luego no contemplo un Osasuna en estos momentos con 7 chicos de entre 17 y 21 años. Sería nuestra tumba deportiva y la de ellos.


¡Viva el membrillo!


Foto: www.agroterra.com

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