miércoles, 11 de febrero de 2015

Frío, como el tiempo. Osasuna 0- Zaragoza 1

Frío, mucho frío ayer en El Sadar. Y no me refiero solo al tiempo, sino al partido que tuvimos que soportar ayer. Frío, helado el comienzo del partido, con un sector de la grada vacío de gente y de animación. Si nos centramos exclusivamente al tema ambiental Osasuna empieza los partidos perdiendo, y por goleada. Con esa temperatura ambiental, el equipo fue eso mismo, un témpano de hielo que no aportaba calor alguno al ambiente. 

En principio el tablero de juego estaba muy claro: dos equipos calcados en lo posicional, pero con diferencias abismales en el modo de ejecutarlo. Los dos defendían con el habitual 4-4-2 y atacaban con el 4-2-3-1, salvo que mientras el Zaragoza intentaba robar a la salida de nuestros pivotes provocando siempre el posible error de Loé, nosotros teníamos a Neko y Raoul diez metros más atrás. Insisto por enésima vez que ahí está una de las claves del peligro arriba: si robas en tres cuartos te queda poco camino para el gol, si lo haces en su línea de tres aún tienes ochenta metros.

Cierto que el Zaragoza hizo poco, pero lo que hizo llevaba cosido un mensaje para Urban. El polaco desde la altura de los palcos de prensa se estaba dando cuenta. Pedro y Eldín sí interpretaban bien el concepto para el que está plantado su equipo. Eran balas las pocas veces que robaban. Sobre todo el primero le hizo lo que quiso a Sisinio y no digamos nada en el gol lo que le hace a Miguel Flaño.

Como Urban se dio cuenta de ello metió en el descanso a Cedrick por un perdido, desubicado y, hasta diría yo, desquiciado Kodro. Nos faltaba mucha más rapidez arriba, pero por algo se empezaba. La clave estaba en el centro: comparamos a dos jugadores jugones como son Merino y Ruiz de Galarreta y tenemos otra clave. El primero no está cómodo en ese puesto; desaparece su protagonismo, no desarrolla todo al estar mucho más tiempo de espaldas que con balón para encarar y hasta se cansa más. El segundo es lo contrario; se mueve como pez en el agua, recibe, da pase y siempre está para encarar.

También de esto se dio cuenta el polaco y metió a Jose. A partir de ahí el equipo fue otro; ya había más velocidad por el centro, tenía otro modo de encarar y de esperar algo distinto. Lástima que Cedrick viva permanentemente en fuera de juego y desbaratase no menos de tres últimos pases y que para la segunda parte Nino estuviera más pendiente de protestar que de centrarse en el juego. 

Buenos minutos de un chico que los necesita como el comer. El carácter de Jose no es el de otros compañeros y el verse sin protagonismo le mata, le hace sacar su rebeldía mal entendida y lo de ayer esperemos que sea un punto y aparte. Él lo necesita y Osasuna le necesita a él. 

Y hasta aquí lo visto ayer por mí en El Sadar. Ahora debería empezar un nuevo post con lo que yo considero más grave: el mensaje enviado por Jan Urban desde hace un mes y que ayer tuvo su reflejo en el campo. Bajo su objetivo me parece muy respetable el concepto de fútbol y de gestión de vestuario que hace, pero bajo el mío me parece un error de bulto y muy perjudicial para el CLUB

Insistir más con este tema lo único que hace es darme mucho más frío y para eso ya tenemos la climatología.


Foto: www.quo.es


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