Ambiente de los de día grande hoy en la casa rojilla y por fin Osasuna ha salido acorde con él. Cierto es que un gol en el primer minuto hace ver todo mucho más bonito de lo que quizá fue, pero dio la impresión que desde que Oier hizo el saque de banda previo al gol el equipo había salido a por todas. El zartako que le sale a Oier desde su corazón rojillo nos hizo pensar en un partido mucho más cómodo de lo que ha sido.
Iluso de mí si creía que Osasuna nos daría un partido cómodo. Poco a poco el Alba se fue haciendo dueño del balón, saliendo siempre desde atrás jugando al toque con la famosa salida lavolpiana con un Mario Ortiz sublime y un muy interesante César Díaz a la hora de jugar de espaldas y aguantar la llegada del equipo a posiciones de ataque. Osasuna sufría porque bajo mi punto de vista caía en el error de ir a la presión cuando el Alba esperaba atrás y al no hacerla acompasada en líneas el rival encontraba siempre superioridad.
Oier volvía a sufrir atrás y ni Cedrick ni Jose entraban en juego para aguantar más el balón y echarle hielo al partido. Del primero no lo esperaba y me temo que hoy no ha tomado ninguna decisión correcta más allá de una presión magnífica a un balón perdido donde el portero, del que sacó un saque de esquina. Jose ha ido de menos a más, con la lástima de que cuando empezaba a ser él ha tenido molestias físicas y ha pedido el cambio. Hoy Sisi tampoco parecía estar físicamente a tope.
Si la primera parte no habíamos sido capaces de matar el partido y estábamos pasando ciertos aprietos lo del comienzo de la segunda ha sido un volver atrás en el tiempo. Salida fría, de equipo dormido y el Alba viniéndose arriba viendo lo que había enfrente.
Para cuando ha llegado el gol, ya habían avisado un par de veces y se veía que Osasuna empezaba a tener tembleques de piernas, en especial un irreconocible David García. Como dice una que de esto sabe mucho: "de todo se aprende" y yo añado: y de algunas, se aprende y se crece.
He aquí que Luis César empieza a hacer unos cambios que él los habrá entendido y su equipo se venía a menos. No era Osasuna un prodigio de juego, pero se veía que a balón parado este partido podía quedarse en casa y con dos o tres arreones de puro corazón llegó el córner del gol. Magnífico partido nuevamente de Osasuna a balón parado y por fin con frutos. Importante para la autoestima del equipo y muy importante para Loé, constantemente cuestionado por fallos tremendos en la salida de balón.
Bien el equipo aguantando los últimos minutos, pero con dos detalles que para mí sobraban: ni Sisi tenía necesidad de pasar de el puro encare y mucho menos Alex debía hacer esa entrada teniendo al rival yéndose hacia su puerta. Pero es que con lo que había en juego puede y debe ser perdonable las pérdidas de papeles, que por otra parte beneficiaron al equipo al no jugarse nada del descuento.
Salvado el primer match ball de los ocho que tenía y tiene Osasuna y ahora toca intentar cambiar la dinámica fuera de casa. ¿De juego? No, de resultados. A mí el juego a estas alturas y tal y como estamos me da exactamente igual. Victoria en un partido no tan bueno como los anteriores: ¡ya era hora!
Y ahora dos cosas, una mala y otra buenísima:
- La mala es el ínclito encargado de la megafonía en El Sadar. Nunca, bajo ningún concepto, Osasuna puede permitirse silenciar a sus dueños, a los socios. No es de recibo que una vez terminado el partido, mientras la grada canta de alegría, tú pongas AC/DC a todo trapo silenciando el cántico.
- La buena es el nuevo cántico que salió desde Graderío Sur. Para mí lo mejor que he oído en mi vida en El Sadar.