Menuda noche más maja hemos echau y qué risas con la pareja esta que ha vuelto loco a más de un camarero con la manía que les ha dado con sentarse en la barra. Pero bueno, ya ha llegado la hora de seguir de risas y dejar de beber para estar en condiciones para el encierro.
Sí, reconozco que soy muy mal corredor, que no me voy a dormir pronto, que el acto del encierro es un acto más dentro de las fiestas donde le damos toda la importancia del mundo, pero sin llegar a santificarlo ni hacer de él el centro de mi vida de estos 9 días.
Que sí, que soy un satán, y un mal corredor, lo tengo asumido. Aunque también tengo asumido que cuando el encierro era un acto que los pamploneses llevábamos dentro, pero sin rituales, era algo habitual correr de empalmada. Quizá sea el ver como algo "normal" correr delante de unos animales desde que con 12 años me ponía delante de unas vacas en el pueblo ribero de mi padre.
Pero hoy, día 7, todo ha cambiado. Hoy, día 7, hemos salido del Redín de echar los caldicos de rigor para templar el cuerpo y dejar un poco el miedo en el excusado y resulta que no podemos correr delante de los bureles. Que han puesto unos tornos y hay que hacer cola para entrar. Viendo la hora que es y la gente que hay no nos va a dar tiempo.
Como lo oyen, hoy en Pamplona son las 7:00AM y en la calle del Mercado hay una cola que llega hasta el mismísimo Palacio de Capitanía en la calle 2 de Mayo. Es curioso, porque se junta una cola de guiris con cara de estar esperando el autobús para ir a trabajar con gente vestida de punta en blanco (bueno, eso no porque blanco llevan el pantalón. Las camisas son de todos los colores posibles).
Me dicen que son corredores que están estirando y calentando para luego correr en el encierro. Y mi pregunta es: si estos están a esta hora calentando aquí y la fila llega hasta donde están ellos, ¿cómo, cuándo y por dónde van a entrar al recorrido? A nosotros nos da igual, de hecho hemos decidido ir a las dianas a buscar al resto de la cuadrilla; pero me parece que esta gente aquí vienen sólo a este acto así que me los imagino cabreados.
Y hasta aquí lo que sería una madrugada cualquiera de mi época joven y de la muchísimos colegas que nos juntábamos en la cuesta o Mercaderes y que hoy en día ya va a menos. ¡Ya podrían volver esos años!
Me sigue produciendo curiosidad qué va a ser de todos esos buenos corredores que calientan minutos antes de la carrera, de esa gente que sin ver un toro a menos de 5m calienta igual y hace rituales que bien podrían merecer un óscar a su actuación. ¿Quién les va a guardar el sitio cuando los autobuses que vienen del camping de Mendigorria lleguen a las 2 de la mañana para hacer fila?
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