El sábado barruntaba el final de un ciclo, tenía muy claro que la era de Martín en Osasuna había llegado a su fin y la verdad es que no esperaba que ese epílogo fuese normal. Y no lo esperaba porque ni quien lo tenía que hacer ni la historia de Martín me invitaban a verlo de otra manera.
La historia de Enrique en Osasuna es de blancos y de negros, los grises pocas o muy pocas veces los hemos visto y si los ha habido es cuando peor se han desenvuelto tanto el protagonista como el club. Lo cierto es que lo blanco es muy superior a lo negro y eso la Junta Directiva de este club debería haberlo tenido claro y escrito con letras en fluorescente encima de la mesa antes de hacer las cosas.
Y digo hacer, que no tomar decisión. Yo tengo ya unos años, creo que sé un poco de qué va esto del fútbol (no me refiero a los 90 minutos del partido) porque, entre otras cosas, viví un despido en Osasuna sin que absolutamente nadie me llamara para comunicármelo. Creí que esos tiempos no volverían, pero la asamblea del otro día y lo de ayer me dicen que estaba errado.
La decisión de cesar a Enrique Martín Monreal la puedo entender, no me llevo las manos a la cabeza sabiendo como está el fútbol y que los resultados mandan. Tristemente es así y el corazón es una cosa y la realidad suele ser otra, pero es que este fútbol cualquiera que siguiera al míster lo podía prever. Lo que nunca podré entender son las formas, eso nunca. A una institución como Martín no puedes echarle por teléfono mientras representa a Osasuna en un acto en Madrid del cual se cae el presidente por una indisposición.
Me la creo, tenía que tener una cagalera de padre y muy señor mío con la que se le venía encima, pero es que cuando dejas todo en manos de un tipo que está para cerrar contratos publicitarios y al final manda más que los socios pues pasa lo que pasa. En el pecado llevas la penitencia, Luis.
Martín es ya historia en Osasuna, historia de la que nadie queda indiferente; sus logros ahí están y han marcado el devenir del club, podremos discutir sobre si todo son milagros, pero ahí están. Para mí milagro fue lo del 96/97, lo fue el ascenso del año pasado; pero no lo fue lo de la temporada anterior. Opiniones las hay y todas respetables.
El fútbol no entiende de pasados dice Vasilevic, de pasados quizá no, pero de futuros sí, y mucho. Quizá tu externalización al final no se produzca, y no porque los socios lo hayamos decidido sino porque tu época en Osasuna está cerca de su fin. Te has quedado sin escudo protector y ahora tus vergüenzas están al aire. Martín y su osasunismo callaron en verano lo que no debió callar y eso le convirtió en otorgante ante lo que se estaba haciendo en verano.
Se va Martín, se va su defensa de 5, de 3, de 80. Todo indica que llegará Caparrós y deseo que le vaya lo mejor que le puede ir. Eso será que a Osasuna le va de maravilla y yo he sido, soy y seré osasunista, por encima de más "istas".
Solo me queda agradecer a Enrique sus grandes momentos compartidos con nosotros en la tele, con esas conversaciones entre dos que no tenemos mucho en común de la manera de ver el fútbol pero que nos respetamos como los que más, cosa que alguno no ha hecho. ¡Un abrazo míster!
Desde la altura de la grada, y con la tranquilidad que da comer pipas, ésta es mi visión del deporte y en especial de Osasuna. "Vamos a cenar hoy, ya veremos qué desayunamos mañana"
martes, 8 de noviembre de 2016
domingo, 6 de noviembre de 2016
Demasiada penalización. Osasuna 0- Alavés 1
En lo que para mí era un partido abocado al empate, un tremendo error infantil de un jugador veterano propicia un penalti que termina por decantarlo a favor del Alavés. Creo que fue demasiado castigo para un equipo que sin ofrecer grandes cosas sí que por lo menos demostró sacrificio y no mereció tal penalización.
No estamos viendo eso que se llama gran fútbol en El Sadar, pero es que tampoco lo vimos el año pasado e históricamente Osasuna no creo que haya sido un ejemplo de lo que hoy se defiende como jugar bien. Si partimos de la base de que quien se sienta en el banquillo local nunca en su vida de entrenador ha querido tener el balón más allá de tres toques, nos frustraremos en exceso como pidamos ver algo más que eso en este Osasuna.
Esta semana se colgó un vídeo de un entrenamiento en el que se veía y oía a Martín echando una buena bronca a Unai por algo que no le gustaba. El sentir general es que estábamos ante una nueva lección de coaching y otro ejemplo más de motivación a un equipo; ni una cosa, ni la otra. Lo que dejaba ver de manera nítida el vídeo era que Martín no quería saber nada de que el balón fuese por el carril central, que quería jugar por los dos carriles exteriores y que su jugada se basaba en el cambio rápido de banda pasando por centrales, nunca por pivotes.
Si bajas con esta premisa al campo, lo que luego ves te puede gustar más o menos (a mí cada día menos), pero lo que no te ofrecerá será sensación de frustración. Lo que sí me preocupa y me parece llamativo son ciertos comportamientos ayer en el campo; errores infantiles de veteranos, jugadores fuera de sí y del partido y otros en estado de juego bajo o muy bajo. Me refiero a Miguel, Oier, Roberto y De las Cuevas.
Oier creo que paga los platos de errores ajenos atribuibles a él. La mayoría de su partido estuvo basado en decisiones correctas y bien hechas de comienzo de presión, pero sin embargo no fue acompañado en ese aspecto por sus compañeros y aquello quedaba como salidas a ningún lado. Falso, él sí salía bien, pero otros no hacían lo correcto.
Me preocupa Roberto, y me preocupa en exceso, cuando se "rauliza" y se sale de su concentración estando pendiente más de protestar y de enfadarse con los rivales que de jugar como él solo sabe. Me deja ver cierto momento de exceso de ansiedad en el equipo y no fue él solo el que me lo ofreció; el partido de De las Cuevas y de Sergio León me genera dudas del momento mental del equipo.
Aun con todo, no creo que Osasuna mereciese perder de este modo y creo que el paradón que le hace Pacheco a Kenan cambia en demasía el rumbo del partido. Partido al que, por otra parte, Martín nunca le supo meter mano. No pudo en ningún momento con la que le había preparado Pellegrino con Toquero por la derecha y con Camarasa por detrás de Fausto para provocar la salida Miguel Flaño.
Este gráfico es preocupante para la defensa de 3 y generaría inseguridad en los niños, si no fuera porque ayer volvieron a estar más que correctos. Atrás quedaron aquellas dudas sobre el rendimiento de Unai y de David, si bien volverán a aparecer, seguro. Son los pasos de todo crecimiento. Se duda de Cristiano, no se va a dudar de dos debutantes...
En definitiva, vuelta a las andadas y aparición en escena de la duda sobre la continuidad del míster. Aparece en el escenario como personaje estelar, pero no olvidemos que nunca se fue de la escena de la obra. De hecho, yo diría que desde el minuto uno ha sido un espectador con una localidad privilegiada.
No estamos viendo eso que se llama gran fútbol en El Sadar, pero es que tampoco lo vimos el año pasado e históricamente Osasuna no creo que haya sido un ejemplo de lo que hoy se defiende como jugar bien. Si partimos de la base de que quien se sienta en el banquillo local nunca en su vida de entrenador ha querido tener el balón más allá de tres toques, nos frustraremos en exceso como pidamos ver algo más que eso en este Osasuna.
Esta semana se colgó un vídeo de un entrenamiento en el que se veía y oía a Martín echando una buena bronca a Unai por algo que no le gustaba. El sentir general es que estábamos ante una nueva lección de coaching y otro ejemplo más de motivación a un equipo; ni una cosa, ni la otra. Lo que dejaba ver de manera nítida el vídeo era que Martín no quería saber nada de que el balón fuese por el carril central, que quería jugar por los dos carriles exteriores y que su jugada se basaba en el cambio rápido de banda pasando por centrales, nunca por pivotes.
Si bajas con esta premisa al campo, lo que luego ves te puede gustar más o menos (a mí cada día menos), pero lo que no te ofrecerá será sensación de frustración. Lo que sí me preocupa y me parece llamativo son ciertos comportamientos ayer en el campo; errores infantiles de veteranos, jugadores fuera de sí y del partido y otros en estado de juego bajo o muy bajo. Me refiero a Miguel, Oier, Roberto y De las Cuevas.
Oier creo que paga los platos de errores ajenos atribuibles a él. La mayoría de su partido estuvo basado en decisiones correctas y bien hechas de comienzo de presión, pero sin embargo no fue acompañado en ese aspecto por sus compañeros y aquello quedaba como salidas a ningún lado. Falso, él sí salía bien, pero otros no hacían lo correcto.
Me preocupa Roberto, y me preocupa en exceso, cuando se "rauliza" y se sale de su concentración estando pendiente más de protestar y de enfadarse con los rivales que de jugar como él solo sabe. Me deja ver cierto momento de exceso de ansiedad en el equipo y no fue él solo el que me lo ofreció; el partido de De las Cuevas y de Sergio León me genera dudas del momento mental del equipo.
Aun con todo, no creo que Osasuna mereciese perder de este modo y creo que el paradón que le hace Pacheco a Kenan cambia en demasía el rumbo del partido. Partido al que, por otra parte, Martín nunca le supo meter mano. No pudo en ningún momento con la que le había preparado Pellegrino con Toquero por la derecha y con Camarasa por detrás de Fausto para provocar la salida Miguel Flaño.
Este gráfico es preocupante para la defensa de 3 y generaría inseguridad en los niños, si no fuera porque ayer volvieron a estar más que correctos. Atrás quedaron aquellas dudas sobre el rendimiento de Unai y de David, si bien volverán a aparecer, seguro. Son los pasos de todo crecimiento. Se duda de Cristiano, no se va a dudar de dos debutantes...
En definitiva, vuelta a las andadas y aparición en escena de la duda sobre la continuidad del míster. Aparece en el escenario como personaje estelar, pero no olvidemos que nunca se fue de la escena de la obra. De hecho, yo diría que desde el minuto uno ha sido un espectador con una localidad privilegiada.
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