Llevamos un tiempo hablando de que el objetivo es el que es por lo poco que hemos hecho durante todo el año y que la consecución de éste no entiende de formas, de ahí que hoy me haya puesto una pinza en la nariz y un antifaz traslúcido en los ojos para no tratar de entender lo que Martín proponía en el campo.
El partido comenzó, como es habitual, en la rueda de prensa previa en la que el míster de Campanas se encargó de señalar a tres jugadores dejando ver la poca implicación de estos. Como las mesas tienen cuatro patas hoy se ha encargado de poner esa cuarta al dejar a Neko fuera de la convocatoria y no quiero pensar que la salida de David del once se deba a eso sino más bien a una de las martinadas con las que suele obsequiar el míster.
Si el día de Las Palmas el míster reconoció haberse equivocado saliendo sin un pivote claro de contención hoy reaccionó metiendo a Loé, pero le debió parecer poco y acompañó al camerunés con Oier. Claras y nítidas las intenciones: 8 jugadores para defender y 3 con más libertad ofensiva acompañados por la subida de los dos laterales. En este caso Sisinio se sintió más cómodo mientras que Javi Flaño sufría de lo lindo por la banda izquierda (ay si hace esto otro...).
Aun con todo es alucinante cómo en la primera parte el Leganés parecía el que se jugaba la vida y nos llegaba sin que los pivotes pudieran contener lo más mínimo. Nosotros un tiro a puerta del penalti que sacamos en la llegada de Oier. Este gol tapaba una floja y sorprendente primera parte, en la que yo pensaba ver a un Osasuna mucho más ofensivo y atrevido y solo vi cierto orden atrás y a un Hervías al que hay que regalarle un balón aparte o decirle que deje de conducir tanto.
Lo que es el fútbol; de estar dudando de que Kodro estuviera en el campo a saber que sí estaba porque tiraba el penalti y lo marcaba. Del infierno al cielo sin parada en Imarcoain para pagar peaje.
La segunda parte fue un monólogo de un Leganés apurando sus últimas opciones de play-off o vaya usted a saber qué. Estamos en mayo y ya sabemos que las pagas de comuniones y fiestas son jugosas, a mí me parecen muy normales. Minuto a minuto nos íbamos echando más atrás, defendíamos con más gente, si se podía, y cada movimiento de banco que hacía Martín nos tiraba un poco más atrás. Al final ya fuimos un 5-4-1 con Cedrick arriba para ver si cogía alguna carrera.
Y una vez más la lechera se metió un leñazo importante y su cántaro se fue a tomar viento fresco. Enésimo error defensivo de la temporada y el rival no lo desaprovecha. En los pocos minutos que quedaban para el final ya poco o nada se podía hacer con un equipo puesto para no salir de nuestro campo.
Empate y a esperar que el Racing no gane en Soria para que, una vez más, los rivales nos hagan la tarea que nosotros somos incapaces de hacer.
Les dejo una foto que he sacado del Twitter de mi amigo @cafekutz para que piensen ustedes si es de recibo que alguien que se juega la vida tenga estos números. Yo creo que no, pero mientras hay vida hay esperanza y yo seguiré viendo los partidos que quedan con la pinza y el antifaz. Esperemos que el cierzo no nos haga otra de las suyas y nos deje ver cosas como esta fotografía.
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