domingo, 15 de marzo de 2015

Cambio: haberlo lo hubo. Osasuna 1- Alcorcón 1

Podremos entrar en discusiones sobre si el cambio fue para mejor, si con este cambio es suficiente o si seguimos con la dinámica rojilla de echar siempre de menos a quien no está en el campo, pero creo que nadie podrá afirmar que nada varió ayer en Osasuna. La pena es que la política y sus miembros han convertido la palabra cambio en una suma de letras hueca.

Primer cambio, y no menor, es ver una convocatoria con Neko (esas molestias de sábado...) y Cadamuro fuera de ellas y con Miguel Flaño fuera del once titular. Si ya nos trasladamos al terreno de juego tenemos la vuelta al esquema tipo de José Manuel Mateo con su 4-1-4-1. Raoul de barredora, con orden clarísima de dar como mucho dos toques al balón y con Merino ejerciendo de enganche entre el pivote y la línea de creación.

Ya no se espera la salida de balón desde el pivote. Esa zona ahora es pura destrucción y la salida se busca desde el central, dividiendo para provocar el hueco suficiente y la superioridad en la zona de Merino o Roberto. Para ello es fundamental la pareja David-Vujadinovic, una pareja que está llamada a ser la titular de este equipo y que permite ese tipo de juego, amén de que el serbio hace mejor al chaval, si bien poco le hace falta al de Ibero para demostrar su facilidad para jugar a este deporte.

Los laterales fueron la pareja más antagónica del partido. En la parte derecha estuvo Sisinio y demostró que es el veterano que mejor está entendiendo el momento actual del equipo, incluso se lo echa a la espalda cuando ve flaquear al resto. Muy bien el de Albacete, pero muy mal Flaño en la izquierda. El de Noain no es ni la sombra de aquel lateral que vimos en pretemporada y en comienzo de liga. Fallos técnicos clamorosos y un poco perdido en posición. Conviene recuperarle urgentemente.

Y llegamos a la línea de cuatro. Aquí la idea es clara; extremos bien pegados a banda, con orden explícita de llegada al área cuando el extremo contrario esté en posición de centro. Los de la parte central, ayer Merino y Roberto, creando y dispuestos para el último pase. Seguro que habrá quien cambie nombres, pero la idea es nítida y fácil de asimilar. En mi caso el cambio era el de Cedrick por un perdido y atolondrado Kodro.

Arriba, Nino. Con eso queda dicho todo. El almeriense está en el peor momento anímico de la temporada y aun así nadie le quita el puesto. Para recapacitar.

Con estos ingredientes salió un partido normalito, sin más. Un partido que se pudo y se debió ganar pero que con los ingredientes que tenía fue lógico lo que vimos. El jugar con chavales te trae estas cosas: el bajón físico del equipo metió al Alcorcón en el partido y fallos puntuales propios de su edad nos llevaron a dejarnos dos puntos en el camino. ¡Benditos puntos si con ellos los niños crecen y se van haciendo futbolistas!

Si tenemos claro qué queremos o por dónde queremos ir avanzaremos, si mezclamos cosas podremos estancarnos. Jugar con chavales nos trae fallos como el de Jose o como las pérdidas de sitio y entradas a destiempo de Merino, por no decir también los errores de Alex en el modo de encarar el partido. Esto es lógico y normal, todos lo han cometido en sus comienzos. Paciencia. 

Dejo para el final lo mejor del partido: tremendo, emocionante hasta más no poder el minuto de silencio por don Sabino Andonegi con Sorotan Bele de fondo. Descanse en paz el jugador con mejor remate de cabeza de la historia de Osasuna, según cuentan los sabios.


Foto: www.rtpa.es



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