He aquí, dos jornadas después estamos con 6 puntos más, habiendo ganado a dos de los fuertes de la categoría y tirando por tierra excusas de que si la tocamos mejor que jugar a pecho descubierto, que si a los niños les queda para crecer y demás cosas que se nos han ocurrido por el camino. Lo único que queda claro, visto lo visto, es que tenemos una asignatura pendiente muy importante; saber jugar contra equipos que rascan, que no dejan pensar y a los que hay que bajar al barro para estar en igualdad. Ahí somos pusilánimes y habrá que esperar para ver si ha habido cambios.
Como ya dije la semana pasada, las gónadas de Sisinio eran una de las bases donde apoyarse y ayer volvió a ocurrir. Si a eso le sumas la misma dosis, pero con mucha más calidad futbolística, de un inconmensurable Nino, el momento dulce de Santamaría y la confirmación de líder llamado a grandes cosas de David García nos sale parte de lo de ayer.
¿Me dejo a Merino? Claro, lo de este chico merece capítulo aparte porque en su condición de niño ayer tuvo de todo, como es normal. Tiene calidad para dar y regalar, posee conocimientos futbolísticos como pocos, pero tiene 18 años y de ahí el fallo en el gol de Las Palmas (sigo pensando que alguien se la pidió). De todos modos mejor ayer que el domingo pasado con menos campo por recorrer y menos deterioro físico.
No se puede decir que ayer Osasuna jugara un partido bueno (¡qué más da con la que está cayendo!), Las Palmas, sobre todo la primera parte, entró por donde quería y como quería; sobre todo si atacaba por la banda de Cadamuro y Roberto. Estos dos chicos tienen muy poco concepto defensivo, suerte tienen que su flanco lo cubre David García y en su enorme partido les salvó de varios errores enormes. La derecha estuvo un poco más asentada, pero tampoco para echar cohetes. Ahí la presencia de Raoul permite más licencias ofensivas.
El rival nos perdonó en la primera parte en alguna ocasión y cierto es que nosotros también la tuvimos en dos faltas muy peligrosas con el larguero de De las Cuevas en una de ellas. No presagiaba buenas cosas y tampoco es que cambiase mucho el tema después, pero acertamos de cara a gol y ellos no. A partir de nuestro segundo gol comenzó un nuevo partido en el que la incertidumbre se multiplicaba por dos ya que a raíz de la expulsión de Flaño nos quedábamos con el límite de profesionales en el campo y estábamos ante un árbitro de gatillo fácil. El detalle de meter a Nino de lateral derecho para descargar a Sisinio de problemas (tenía una amarilla) demuestra hasta el punto que había nervios por este detalle que suponía un 3-0 automático.
Precisamente este cambio de posición permitió al albaceteño tener las dos mejores ocasiones que va a tener en todo el año y al igual que Roberto Torres minutos antes (¿por qué se empeñan algunos en pedir a este chico lo que no es?) se las paró el portero. Pudimos matar el partido y no lo hicimos, pero tampoco se puede decir que luego lo pasáramos excesivamente mal si descontamos aquella doble ocasión insular en la que se le vio a Cadamuro como si hubiera perdido a su cuadrilla en la Estafeta por San Fermín, yendo de lado a lado a ver si veía a alguno.
Es evidente que a este equipo no se le puede analizar mucho más allá del día de ayer, a saber qué pasará mañana y no te digo nada a la vuelta de vacaciones. Lo que si podemos afirmar es que el parón navideño nos deja una mala primera parte de temporada pero en clara mejoría y en nivel ascendente.
Un pequeño y humilde consejo para Urban: dijimos que este año de la necesidad había que hacer virtud y David y Merino te han demostrado que lo tienes fácil para encontrar cambios acordes con la necesidad, sigue por ahí, por favor.
Foto: @nav_deportiva