Ayer era uno de esos días de los que a casi todos los jugadores les gusta que lleguen, por escenario, por tipo de partido y por la importancia que tenía el mismo después del tropezón contra el Betis. Y digo casi todos porque el fútbol no es diferente a la vida y mientras a unos algo les motiva y les hace crecer a otros puede pesarles y no les deja sacar todo lo que llevan.
Si a eso le unes que el rival también piensa y ejecuta para maniatarte, nos quedamos con que nuestra línea de creación ayer estuvo casi desaparecida. Eso sí, la importancia de Roberto a balón parado lo demuestra el gol de Oriol; la puso perfecta para que el catalán hiciera lo que más le gusta, rematar de cabeza.
El gol rojillo no hacía más que constatar la superioridad de Osasuna en casi toda la primera parte, con un Alex Berenguer en la línea que se le conocía pero saliendo desde más atrás, provocando la duda de De Marcos y sin caer en la "trampa" que le había preparado Valverde.
La contra a las subidas del de Barañain y el hueco que dejaba, era dejar a Williams sin seguirle, para ver si Alex dudaba y no encaraba a De Marcos. Nada de eso se produjo, y fue porque atrás estaba Unai para hacer esa labor. Al revés que de De Marcos, el de Esquiroz estaba mejor situado para la llegada del rival. El cambio de Lekue en el descanso delató que Valverde fue de valiente pero no le salió la jugada y le vio las orejas al lobo. ¡Bien Martín!
Un error en cadena entre la blandura de Flaño en aguantar al rival y el no ver Alex a Raul que le apareció por detrás, propició el gol del empate que permitió al Athletic llegar con vida al descanso y poder preparar la segunda parte como más le gusta; defensa más estática con Lekue y a jugarlo todo a la presión insistente arriba achicando al rival.
Entre el empuje del rival obligando a Osasuna a dar dos pasos atrás y que los rojos en la lesión de Oriol salimos muy penalizados, hizo que la segunda parte pareciera en muchos momentos que era un monólogo zuri-gorri. Tampoco fue así en algunas fases y el equipo llegó arriba, pero sin la claridad que Sergio León necesitaba. Y es que su compañero Kenan dejó muestras de no haberse enterado de qué requería el partido
Nauzet volvió de nuevo a hacer alguna parada de mucho mérito y empiezo a tener la sensación de que el Dragón Khan rojillo tiene maquinista; de sus partidos y de cómo es su actuación depende que el personal estemos en las nubes o en las catacumbas. Ayer tocaba día de buenas paradas y lo de hace una semana queda casi en el olvido; fútbol en estado puro.
Puntazo en un campo muy complicado con sensaciones muy positivas y con actuaciones concretas que dejan ver que no todo es negro ni blanco; los grises son importantísimos y mucho más en equipos como el nuestro.
Espero que lo de Oriol y Digard sea lo menos grave y que se recuperen pronto
foto: ntspilarmad.com