La derrota de ayer en Gijón no es nada anormal en la vida de Osasuna, es una constante que se repite una y mil veces en esa plaza, pero hay modos y modos de perder. El equipo tuvo el balón, mucho más si vuelves a cometer errores de bulto nada más salir al campo y le das un gol a otro que es feliz jugando a la contra (no da para mucho más). El Sporting regaló el balón y ahí Osasuna también es feliz. Es feliz con un juego horizontal, de toques y más toques que no llevan a nada y de dos interiores que conducen en exceso sin peligro alguno.
Pasaban los minutos, se palpaba que había poco rival, que si les apretabas y metías un juego más directo se podía sacar algo, pero ni así. La gente nos íbamos haciendo a la idea de que volveríamos de vacío y que nos harían el segundo en una contra como el año pasado y el anterior. Solo un remate de Kodro y un estrepitoso fallo de Ansarifard nos despertaron del letargo en el que se estaba convirtiendo la tarde, mucho más con el cambio de horario.
Me gustó Kodro arriba, más que el iraní, pero creo que ese juego penaliza a Nino y no creo que estemos para poder desaprovechar a nuestro goleador. La ausencia de Neko provocó el juego de Merino al lado de Raoul y de nuevo no me terminó de convencer. A este chico le quiero ver por detrás del punta con una línea de tres. Gana él, gana Nino y por consiguiente gana mucho el equipo.
La gaseosa Cedrick creo que ya todo el mundo la conoce y está claro que lo del día del Mallorca fue un espejismo que cegó a muchos y a día de hoy es un chico mucho más que prescindible. Ni ataca, y lo que es peor, ni defiende. En el primer gol se vuelve a equivocar no siguiendo a su par y dejando que llegue claro al remate. Sí, luego es un compendio de mala suerte, pero hay errores de bulto.
Seguimos siendo el mismo equipo desesperante que fracasó en primera y que en segunda lleva camino de lo mismo. Y ojo, el fracaso no lo contemplo como descenso, para mí es mayor el fracaso al que estamos yendo. Estamos desaprovechando una magnífica situación social y deportiva creada en agosto porque pensábamos que íbamos a hacer de la necesidad una virtud. Ni mucho menos, Urban continúa sin ver claro el objetivo, o si lo ve yo creo que es erróneo.
Dejemos pues de hablar de la segunda como si fuera una categoría especial y pensemos de una vez en hacer un equipo que no espante a la gente de su campo o de sus desplazamientos, que atraiga y vuelva a ilusionar como lo hizo en julio. El Molinón ayer nos dejó una muestra de lo que pasa cuando se unen por una ilusión la grada y los profesionales. Magnífico el ambiente de fútbol que se vive en ese campo.
Foto: solarquitec.com