Llevamos desde que Mendilibar dio con su tecla en el centro del campo hablando de que si trivote o no trivote dependiendo del jugador que ocupa el vértice delantero del triángulo. Si están Nino o Armenteros, es jugar con dos pivotes defensivos y un media punta y si lo hace Oier, entonces es trivote.
Pues para mí sigue siendo lo mismo. Un triángulo usado por la mayor parte de los equipos dándole diferentes formas según el potencial de su plantilla y sobre todo de su pivote defensivo. Algunos tienen la punta en la parte ofensiva del equipo y otros, los menos, ponen el triángulo en el sentido inverso (Barça, Rayo y Zaragoza, que haya visto yo este año).
Mendilibar ha dado, por fin, con un equipo que parece que es el que le gusta, a mí no. En ese equipo se pertrecha con dos pivotes y con un jugador de corte defensivo para empezar la presión mucho más arriba.
La orden sigue siendo la misma de siempre con el de Zaldibar: presión arriba, corte de balón en la línea de 3/4 y salida rápida de los interiores. Con Oier esto lo consigue mejor, otra cosa es cuando el equipo debe crear desde atrás, ahí el de Estella está perdido y deja muy clara su falta de calidad técnica para ese puesto.
En este caso yo pondría el vértice ofensivo del triángulo al Gato Silva (Martín González ha acertado nuevamente) y a Oier atrás junto con Lolo, Raoul o Puñal por ese orden.
Del chileno ya hablé las semanas pasadas que tiene juego, visión y poso. Aprovecharíamos su presión y su claridad de visión.
Todo hoy es muy bonito, las flores se las llevan Masoud y Kike por sus goles, pero el verdadero protagonista del partido es Andrés Fernández. Si salimos vivos de una penosa primera parte fue por su buen hacer y sus antológicas paradas ante fallos incomprensibles de una defensa incómoda con el aire a favor.
La segunda parte, con el viento en contra, fue otra cosa. El equipo jugó mejor el balón, Armenteros y De las Cuevas aportaron mucho más, sobre todo el primero, y Damiá empezó a doblar por banda con más claridad. Marc no lo hizo tanto y además está fuera de punto desde la vuelta de su lesión.
Estábamos ya en un partido controlado, con ocasiones claras y con ambición como cuando el remate de una contra lo hace Arribas a centro de Damiá, pero sin gol. Creo que muchos pensábamos en el típico partido donde con un fallo atrás o un centro malo el Levante nos metía gol y volvíamos a casa con cara de tontos.
En una de estas jugadas por banda llegó la clave del partido. Con un choque entre Armenteros y Diop este último sale lesionado de manera muy fea con susto por perder el conocimiento incluido. Ahí el Levante se rompe, saca a Barkero en su lugar y el centro del campo desaparece. El triángulo osasunista coge el poder y Mendilibar da un giro al partido con la entrada de Kike y posteriormente de Masoud.
Ambos jugadores serían los protagonistas del final del partido con sendos golazos. El primero mete el gol que sólo él y pocos más pueden meter aquí y de ahí cuando Mendi dijo que era el Messi de Osasuna. El segundo mete otro buen gol y ya va dejando claro que es un 9 para Osasuna como la copa de un pino aunque se le siga negando el pan y la sal. Sólo un pero: Kike, estando el momento como el que está, cuando celebras el gol no te vayas sólo, vuelve y le das el mérito al capitán. Se juega la pierna y el momento es para darle valor. No pasa nada, son los momentos.
Y llegados a este rato y habiéndose ya enfriado el calentón del partido es cuando vemos la salvación mucho más cerca. Por puntos, por cantidad de equipos por debajo y por dinámica ganadora de este equipo.
Que siga la racha del triángulo, del trivote o del trío, tan poco usado en estas tierras.
Foto:guadaextincion.es