En primer lugar me gustaría dejar claro que lo que yo voy a escribir deberá verse de dos maneras diferentes. Por un lado está el jugador con su carácter, su juego y sus metidas de pata y por otro lado la persona expresada vía redes sociales que es hasta donde yo puedo llegar.
Que David Timor es un jugador que lo tiene casi todo para triunfar en el fútbol es algo que pocos podrán discutir. Tiene una zurda de las que no abundan, un golpeo de balón que para sí quisieran la inmensa mayoría de los jugadores de primera división, pero ya desde su etapa en el Promesas se vio que tiene una carencia para poder triunfar en Osasuna. Le falta lo que aquí llamamos rasmia.
Si a eso le sumamos que con el sistema de Mendilibar el chaval no encuentra su sitio estamos ante un cóctel explosivo para su relación con el aficionado rojillo. Sin haber hecho nada más que jugar ya se vio que el jugador no estaba cómodo, que no saca su partido por lo que los primeros pitos se oyeron enseguida. En mis comentarios de partidos ha sido uno de los más criticados y sobre todo por lo que yo considero falta de implicación en el campo. Ahora quizá habrá que estudiar si es una espiral donde ha entrado por la que al no sentirse cómodo no da más de si y se bloquea o es que ya es así y no puede ofrecer más.
Hasta aquí todo más o menos normal. Pero llega el fatídico día del Levante y lo que eran unos pitos y murmullos el chaval se encarga él solito de convertirlos en bronca bien merecida.
foto: Noticias de Navarra
Error de principiante que cambia todo el tapete y deja muy claro que hablamos de un chico de 22 años sometido a una presión no bien llevada y asumida. En un segundo la chispa hace explotar toda la pólvora que la gente teníamos dentro y yo mismo le dediqué un tuit dejándole ver que por esos derroteros su carrera en Osasuna estaba llegando a su fin.
Ese 30 de septiembre no sólo se produce la primera victoria rojilla sino que también es un antes y un después de la vida de Timor en Osasuna. A partir de aquí ya no se le perdona una y es aquí donde yo empiezo a ver injusticias en el modo de tratar al jugador.
David manda un tuit pidiendo perdón por el error minutos después de acabar el partido y sale a la prensa del mismo modo. Se ha dado cuenta, o le han hecho darse cuenta, de que el error es enorme y que debe salir de ahí. Para mí lo hace de modo magnífico, con sus faltas de ortografía, con su modo de expresarse, con lo que se quiera pero contestar uno a uno a los tuits que le enviaron es una cosa que no muchos Community Managers de grandes cuentas hacen. Ahí ya dejó el chaval que había madera como persona para poder salir de esto.
¿Por qué creo yo que se producen injusticias con este jugador? Por estos puntos que voy a exponer:
- Porque gente con el mismo carácter en el campo y con menos juego que él se están yendo de rositas día tras día y eso denota diferente vara de medir. Si hay diferente rasero para el juego o la actitud eso es injusto, ¿no?
- Porque esto se podía haber solucionado en parte de una manera muy sencilla si no fuera porque el mundo del fútbol se rige por silencios y por complicidades difíciles de entender en otros ámbitos. Me refiero a que el gesto del chico fue horrible, fue sancionable y entiendo que el club lo habría hecho. Si es así ¿Por qué no se hace pública la sanción y así se amaina la reacción del aficionado visto que ya ha pagado en parte su error?
- Porque no me parece justo ahora excusarse en un gesto reprobable que esconde otras cosas. A Timor en muchos casos se le pita como cabeza de turco de una muy cuestionada política de cantera. Política refrendada en cada una de las Asambleas de Compromisarios que presidió su cabeza visible, Señor Izco, y refrendada en las urnas en el mes de junio pasado. !Qué fácil es pitar a un chico y callar ante los verdaderos culpables!
Y ahora ya me refiero a David Timor Copoví. El viernes, después del partido contra el Rayo y vía Twitter, me demostraste que como persona eres de los que se visten por los pies y de los que valen la pena. Diste la cara, una vez más, y me explicaste lo que te ocurre como sólo los humildes y valientes saben hacer. Para mí eso es para tener en cuenta y mucho. Yo ya empezaba a tenerlo desde el momento que un crío de 22 años con la presión que lleva es capaz de afrontar el tema como lo está haciendo y dando la cara en el campo en todo momento. Lo más normal habría sido hundirse o llevarse por delante todo.
Esta es mi opinión sobre este asunto, sólo y únicamente mi opinión.
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