Pasó la temporada y aún en el penúltimo partido seguíamos viendo lejos el último piso del edificio; la derrota con el Huesca nos dejaba en una altura cercana, pero parecía que el ascensor no tenía mucho más recorrido. Oviedo nos hizo ver que no, que había pilas y que el cuento cambiaba radicalmente. De tapados a equipo favorito a nada que conozcas un poco el mundo del fútbol.
Lo de Osasuna con la promoción es de estudio para quien algún día quiera manejar un vestuario. Y como yo estoy en ese camino, no pienso desaprovechar una charla con Martín (si me lo permite, claro está) para aprender cómo se hace para que un equipo casi muerto en lo físico supere todas las adversidades y dé un repaso de tomo y lomo a los equipos llamados a ascender.
El ascenso es la guinda del pastel a un trabajo que ya estaba hecho y con nota de sobresaliente; se había cumplido con todo lo que se había puesto como tarea: salvar al equipo, sacar chicos y crear osasunismo. Todo estaba rayando la mayor puntuación, pero lo del ascenso redondea una temporada de ensueño de la que muchos querremos borrar cosas que escribimos o dijimos. Fútbol en estado puro.
Como dice Martín: "Osasuna ha resucitado" y eso no es cualquier cosa. Ha resucitado en lo deportivo pero también vuelve a ser el osasunismo que nunca quisimos que desapareciera. En buena medida es culpa del míster y su plantilla, porque apoyos de otros no es que haya tenido muchos. Pero esto es otro tema y tiempo habrá de hablarlo, quizá el mismo protagonista lo haga.
Final de una temporada larga, con el típico Dragón Khan rojillo y que si no fuera por lo deportivo se estaba haciendo pesadita. En agosto nos volveremos a ver por aquí, ya en primera y con otros protagonistas.
En estos momentos ya solo puedo deciros que muchísimas gracias por vuestras lecturas, que habéis batido todos los récords de entradas y que sin vosotros esto no tendría sentido alguno: ¡ESKERRIK ASKO!
Foto: interiorismos.com